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MISIONAR

EN FAMILIA

"Esta locura arrancó en el 2011.
Unos meses antes habíamos escuchado a los Burs contando de la "misión familiar" en el cierre de catequesis familiar de Fran, nuestro hijo. Nos había parecido increíble. El viernes anterior a Semana Santa, los Sobral, medio de “casualidad”, nos contaron que se iban a misionar…y había lugar para nosotros. Lucha titánica para que los chicos resignaran el campo por esta experiencia. ¿Resultado? Las cuatro Semanas Santas subsiguientes nos encontraron con la gente de Schoenstatt misionando.
 
Un grupo increíble de gente, los chicos ya tenían sus amigos “de misión”. 2017 no tenía porqué ser distinto, ¡hasta que nos llamaron los Sobral! ¡Qué fiaca salirnos de la comodidad de lo conocido, pero no podíamos decir que no! ¡Cómo no compartir con más familias esta experiencia!
Adrián y Martina, dos locomotoras. Primero hablar con los Burs, que no sólo nos compartieron todo su know how, sino que nos acompañaron todo el camino. No teníamos ni sacerdote ni "Brother", no teníamos cocina, si llovía no podíamos entrar, éramos sólo dos familias…y Adrián, que ya había visitado Beguerie, insistía en ir. Una vez que fuimos para ultimar detalles, nos dimos cuenta que no había vuelta atrás, ¡nos estaban esperando! En la Capilla del pueblo, frente a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, a rezar para que Dios se ocupase de hacer que las familias indicadas vinieran, que tuviésemos sacerdote, que no lloviese pese al pronóstico….y creer o reventar, tuvimos un sacerdote que quería empezar a ser misionero ahora que estaba grande y no tenía parroquia, nos dieron una cocina atrás de la escuela, 7 familias increíbles se sumaron y sumaron un montón.
Un aparte para los chicos, que organizaron solos el Vía Crucis a la noche por las calles y movilizó a casi todo el pueblo. 
Se nos pone la piel de gallina al pensar cómo uno puede estar tan bien con tan poco. Pareciera que en el fondo no somos conscientes de que los que realmente nos hace felices son los vínculos, con nosotros mismos, nuestras familias, nuestros amigos, la gente de Beguerie que te abre las puertas de su casa, te invita unos mates y desnuda su corazón, y por supuesto con Dios, y su Amor incondicional.
Si bien fuimos, como dice Adrián, "entregados a la Providencia", estoy segura que ésta se manifestó a través del delegado municipal, del grupo de misioneros, y de los Sobral en particular. Martina y Adrián, atrás de cada detalle para que todo fluyera y pudiésemos salir a misionar. 51 personas, 9 familias, 1 equipo. Sólo nos queda un enorme gracias a la asociación por haberse animado a abrir esta posibilidad de salir al encuentro de Dios en los demás."
- Loly Diez de Tejada.
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